16 enero, 2008

Tecno-dormitorios: refugios domésticos contra el temor a compartir

Primero fueron el televisor con control remoto y el radio-despertador, después le tocó el turno a la videocasetera y a los equipos de sonido, y más recientemente a la PC y al reproductor de DVD. El dormitorio de los argentinos poco a poco se va poblando de aparatos electrónicos.
La tradicional imagen de la familia reunida alrededor de un único televisor comienza a difuminarse en el tiempo a medida que distintas pantallas se expanden por el hogar. La estructura y el funcionamiento de las familias tampoco es la misma. Los momentos y los lugares de encuentro para charlar (y mirarse) se reducen.
>El dormitorio, otrora reservado principalmente al descanso, es hoy un espacio de refugio multimedia para padres e hijos cada vez menos habituados a compartir momentos. Televisores, reproductores de sonido, videojuegos, devedés y computadoras que les permiten acercarse de distintas maneras a otras personas, a otras ideas, a otras realidades haciéndoles sentir parte del mundo. Pantallas que, a modo de biombos electrónicos, muchas veces alejan de los seres queridos y del propio entorno.

Una versión de este artículo fue publicada en el diario "Clarín" de hoy

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante artículo!...¿Es este efecto indeseable del alejamiento que mencionas, patrimonio de lo tecno-electrónico?

Me pregunto qué ocurre en el caso del libro (sin hacer referencia al
e-book que señalaste en tus comentarios anteriores), que si bien no es un recurso electrónico puede generar abismos entre la persona que lo lee y quién no participa de su lectura, y a la vez puede construir momentos de interesante conexión a partir de la lectura compartida.
Tal vez un libro nos brinda la posibilidad del encuentro con autoras y autores que le dan significado.

Quisiera finalmente preguntarte, ya que desde hace tiempo estudias y
analizas cuidadosamente estos temas, si sería posible pensar a los recursos tecnológicos como medios, más que como fines en sí mismos, y que en lugar de ser visualizados como biombos que alejan puedan ser percibidos
particularmente entre los jóvenes, como laberintos que promueven y
habilitan nuevas formas de relación.

Reitero mi agradecimiento por estos espacios de interacción,
Ana

Anónimo dijo...

En el caso de las/os adolescentes y el tecno-dormitorio (cuando lo tienen), la puerta real representa en cierto modo un límite que los separa de los adultos; el acto de golpear la puerta es en sí mismo muestra de respeto por la creciente necesidad de privacidad.

Una vez superada esa primera "barrera" que permite o no el acceso los padres se enfrentan con la que resulta de las nuevas tecnologías que en ocasiones invaden la habitación de adolescentes y jóvenes, y más allá de la experiencia y el conocimiento que los adultos tengan en relación con las TIC el nombre de usuario y la contraseña son a mi criterio expresiones semejantes a lo que en algún momento fueron la llave y el candado del diario íntimo, celosamente guardados,

Un saludo,
Nora

Anónimo dijo...

...¿sólo el de los argentinos o es éste un fenómeno global?

y

¿en qué medida influyen las diferentes concepciones de familia?