04 septiembre, 2011

La cultura en la sociedad ciberista: industrias culturales vs. cultura compartida

A comienzos de la década de 1990 Giuseppe Richeri, investigador italiano especializado en temas vinculados con la convergencia entre telecomunicaciónes, informática y medios de comunicación, publicó un informe en el preveía el desarrollo de un nuevo paradigma para la distribución de productos culturales como consecuencia de la prevista expansión de las redes telemáticas, dando lugar a lo que denominó "redes mercado". Estas nuevas redes, a juicio de Richeri, ofrecían a las industrias

03 septiembre, 2011

Cambios sociales, la web y otros palabras entre la fascinación y el desconcierto: Textos diversos


¿Civilización u hormiguero Wi-Fi? por Ariel Torres en La Nación, 5/8/2008
Un nuevo cretinismo. Por Atilio Borón en P.12, 20/4/2010
Pierre Lévy: “La inteligencia colectiva, nuestra más grande riqueza Le Monde, 23/6/2007. Extracto"Actualmente los motores de búsqueda utlizan el texto como su propio metadato trabajando plenamente sobre el texto. Es una inmensa regresión con respecto a todo el trabajo realizado desde hace dos o tres siglos por los bibliotecarios y documentalistas."
La apropiación de las tecnologías. La cultura juvenil en la era digital Por Manuel Castells, en TELOS, nº81
Crean un robot que es capaz de "expresar sentimientos"- Publicado en Clarín 12/7/2009. El robot está "disfrazado" con una máscara de Einstein (el artículo incluye un video)Internet, una aspiradora de electricidad. Por Rodrigo Herrera Vegas en La Nación 8 de agosto de 2009
¿Un conflicto generacional afecta el crecimiento de facebook? En Infobae, 26/6/2011
Videojuegos
La culpa no es del videojuego. Por Abel Grau, El País, 7/8/2011
Videojuegos sin consola. El País, 27/4/2009.
Pinball, un juego de colección. En Ñ, 10/10/2010
'Tron': el juego ha cambiado. Rocio Ayuso en El País, 19/11/2010

Medios Sociales: Facilidad de publicación, creatividad y banalidad

Los medios informáticos facilitan la producción, distribución y recepción de contenidos simbólicos de distinto tipo (desde mensajes personales a obras audiovisuales y videojuegos). Esto ha puesto en cuestión el paradigma de industrias culturales que había inaugurado el libro impreso y que se desarrolló sobre todo a partir de comienzos del siglo XX. Pocas veces, sin embargo, nos planteamos las consecuencias culturales de estas prácticas. El número actual de la revista TELOS publica un artículo de Javier Celaya que plantea el tema desde una perspectiva que, pienso, merece ser debatida. Reproduzco el resumen del artículo:
"Escasa creación original, colaborativa, participativa" por Javier Celaya
"A lo largo de la primera década de este nuevo siglo creo que hemos vivido un exceso de positivismo en relación con las bondades derivadas de la incorporación de las nuevas tecnologías sociales (blogs, wikis, podcasts, vídeos, etc.) en la cultura, sin analizar detenidamente las contraprestaciones que posiblemente pagaremos a medio y largo plazo.

Medios sociales y la insaciable voracidad del dinero

Desde que a mediados de la década de 1990, el uso de la web comenzó a expandirse socialmente fueron muchos quienes comenzaron a imaginar modos de hacer dinero a través de este nuevo medio de comunicación sin comprender su especificidad en relación a anteriones tecnologías. Uno de los primeros y más fáciles recursos a mano era la publicidad. Así poco centenares, miles de sitios web empezaron a poblarse de pequeños anuncios publicitarios en forma de lo que en la época se denomina "banners". Los principales interesados parecían ser los editores de los sitios webs necesitados de ingresos económicos que permitieran rentabilizar sus iniciativas. En la mayoría de los casos no lo consiguieron. No repasaremos lo sucedido. Han transcurrido más de 10 años y hoy los usuarios de Internet en el mundo superan, de acuerdo a distintas estimaciones, los 2 mil millones de personas. Empresas e instituciones de distintos ámbitos se han percatado que la red es una plataforma extraordinaria para promocionar sus productos y servicios. Ávidos por incrementar sus ventas y sus tasas de beneficios, los directivos de las empresas buscan el mejor modo para llegar a sus potenciales clientes a través de la red. Así, se apresuran a establecer espacios en distintos medios sociales (particularmente en Facebook - 750 millones de usuarios en el mundos) esperando obtener que esto se refleje un aumento inmediato del consumo de sus productos y servicios. Desde fabricantes de bebidas sin alcohol a editores de libros y otros productos culturales pasando por dispositivos tecnológicos, viajes o coches,todos consideran que utilizar la web social para promocionarse es imprescindible ¿Pero esto es así? ¿Todos los "fans", todos los "me gusta" en un grupo de Facebook son o se harán consumidores de los productos o servicios en cuestión? ¿La adhesión se refleja en consumo? ¿Debemos seguir aceptando la continua apropiación empresarial de las prácticas sociales? ¿Cuál es el límite a la pulsión totalizadora del dinero?

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