30 abril, 2007

¿Qué sucede con el proyecto OLPC en Argentina?

A fines de marzo de este año un equipo de expertos del Departamento de Computación de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, dirigido por el matemático y criptógrafo Hugo Scolnik, publicó un informe de evaluación del software y hardware del primer prototipo llegado al país del proyecto OLPC por encargo del Ministerio de Educación de la Nación. La evaluación del equipo de la UBA no fue positiva. Sin embargo hay que tener en cuenta que la máquina y el software evaluados eran versiones embrionarias. Las precipitaciones juegan estas malas pasadas. Lo cierto es que desde entonces se ha opacado la visibilidad pública de los avances del proyecto en la Argentina. Alejandro Pisicitelli desde el sitio de educ.ar intenta mantener al dia acerca de las últimas novedades del proyecto en el mundo pero nada dice del estadio en que se encuentra el mismo en la Argentina. Cabe imaginar la incertidumbre que provoca en el ministerio de Educación los cambios que se vislumbran a causa de la candidatura electoral del ministro Filmus (pedirá licencia o dejará el cargo). Lo cierto es que el avance del proyecto parece haber caído en una suerte de limbo a la espera de definiciones.
Ojalá el proyecto sea retomado, pero que en esta nueva etapa se abandonen los fuegos artificiales y las cuentas de colores y se desarrolle un estudio serio que incluya experiencias piloto para evaluar la viabilidad y el valor pedagógico de llevar a las escuelas una computadora portátil para cada niño




¡ VADE RETRO VIDEOJUEGOS!

La TV y los videojuegos, en debate -


¿La tecnología nos hace más inteligentes?

de Helen Phillips.-----------------------------------

Este artículo publicado originalmente en la revista inglesa "New Scientist" y reproducido el domingo 29 de abril por el diario "La Nación" de Buenos Aires, retoma desde una perspectiva cientifista la habitual "satanización" de la televisión y, en especial, de los videojuegos, acusándolos de estimular la violencia de niños y jóvenes.
La existencia de programas de televisión y de videojuegos de contenidos deleznables es indiscutible, pero me pregunto
¿Existía la televisión en tiempos de la conquista de América?
¿Hitler de niño jugaba a videojuegos? ¿Y los miembros de las SS y la Gestapo? ¿Los Pinochet, Videla, Massera y compañía se entrenaban con videojuegos o su inspiración surgió de un exceso de exposición a films y programas de televisión violentos?
Vivimos en una civilización cuya cultura, de un modo u otro, festeja la violencia de diversas formas. La violencia en los medios no es marginal, por los productores de estos contenidos son las grandes compañías del sector.
¿Porqué en estos y otros estudios se obvian los estrechos vínculos que existen entre los grandes grupos mediáticos, la industria electrónica y la industria de armas? ¿A quíénes favorece la naturalización de la violencia como medio casi exclusivo para solucionar los problemas?
Artículos de La Nación; ¿La Tecnología nos hace más inteligentes? y Cómo contrarrestar los efectos negativos

Sobre el valor del conocimiento

Gustavo Grobocopatel, uno de los mayores productores y exportadores de soja de la Argentina, sostiene en una entrevista publicada por el diario La Nación de Buenos Aires afima refiriéndose a la tecnologías agrícola utilizada en el país que "el conocimiento hay que compartirlo" y añade que" la agricultura argentina, más allá de los granos que se producen, hemos desarrollado modelos o diseños organizacionales que permiten que se difunda la innovación. Ese es un gran aporte de la Argentina a la agricultura mundial. Esos modelos facilitan la adopción y la utilización de la tecnología". Leer entrevista completa

26 abril, 2007

Mesa redonda en la Feria del Libro- 27 de abril de 2007

Mesa Redonda: Digitalización de Bienes Culturales

El próximo 27 de abril, a las 19 hs., el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad, a través del Programa de Tecnologías Informáticas Aplicadas a la Cultura (TIAC), llevará a cabo una mesa redonda sobre ‘Digitalización de Bienes Culturales’. El encuentro se realizará en la Sala Rincón de Lectura, ubicada en el Pabellón Ocre.

Panelistas:
Dra. Dominique Babini (CLACSO),
Lic. Patricia Bertolotti (Enciclopedia Misiones),
Lic. Josefina Delgado (Centro Documental TGSM),
Sr. Jorge Gagliardi (Núcleo Audiovisual Buenos Aires. CCGSM),
Dra. Ester Kaufman (FLACSO),
Dr. Diego Levis (Consultor del Observatorio Industrias Culturales),
Lic. Damián Loreti (Vicedecano Fac. Ciencias Sociales).

Moderador:
Lic. Alfredo Moreno. Coordinador del Programa TIAC.

Ministerio de Cultura en la Feria del Libro. Pabellón Amarillo. Stand 1823


Sugerente declaración sobre la "propiedad intelectual" en tiempos de computadoras y otros "chiches" digitales.

El 26 de abril ha sido designado día mundial de la "propiedad
intelectual". Esta es nuestra posición al respecto.
Agradecemos la difusión y redistribución.
Saludos cordiales
Fundación Vía Libre

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OMPI quiere “fomentar la creatividad”

*Por Fundación Vía Libre
http://www.vialibre.org.ar/?p=3825

El Director General de la Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual[1] (OMPI) nos recuerda, en un texto dedicado al Día de la
Propiedad Intelectual[2], que el lema de su organización para este año
es "Fomentar la Creatividad", y provee ejemplos de maneras en las que
distintas formas de "propiedad intelectual" actúan como incentivos. Sin
embargo, la tragedia de los ejemplos que la OMPI calla es mucho más
elocuente que la promesa de aquellos cuyas loas canta.

OMPI menciona que el derecho de autor permite a algunos músicos
proyectar sus obras a todo el mundo, pero olvida decir que difundirlas a
través de redes peer-to-peer (P2P) como Bittorrent[3] puede ser mucho
más eficaz a ese fin que el recurso de someterse a las condiciones
leoninas de las discográficas, las que toman control de dónde y cómo se
difundirá la música, pagan regalías misérrimas (cuando las pagan), y por
lo general sólo publican obras una vez que sus autores les ceden sus
preciosos derechos patrimoniales sobre ellas.

Tampoco menciona la persecución y criminalización de niños y familias
enteras por participar en redes P2P, acusándolos de infracción al
derecho de autor basándose en suposiciones, evidencia dudosa e
interpretaciones maximalistas de tal derecho. Ni las iniciativas,
también fomentadas por su organización, para exigir a las bibliotecas el
pago de derechos de autor por el préstamo de libros a sus parroquianos
(pago que, por lo general, termina en manos de las gestoras colectivas
de derechos y la editoriales, y no va al bolsillo del autor).

El hecho de que la exagerada duración del derecho de autor propuesta por
su organización sea responsable de que grupos de admiradores de James
Joyce no puedan aún leer sus escritos cuando lo celebran no parece
merecer la atención de la OMPI, y tampoco la realidad de que esa misma
duración sea la causa de que no hayan entrado nuevas obras al dominio
público por casi un siglo, condenando a miles de ellas a desaparecer
para siempre, ya que no se las puede preservar (copiar o digitalizar)
sin violar el derecho de autores imposibles de contactar.

Su elogio de las patentes pasa por alto el destino de los millones de
personas que padecen de enfermedades tratables, pero que no pueden
acceder a los medicamentos necesarios porque alguna empresa de fármacos
posee un patente que le permite fijar precios arbitrariamente altos y
excluir toda competencia.

También parece ignorar que las patentes aplicadas a la medicina, a la
genética, a la informática, a las matemáticas y a otras disciplinas las
ha convertido en campos minados, en los que áreas completas del
conocimiento no pueden ser exploradas sin antes obtener permiso de sus
"dueños", o que el patentamiento de secuencias genéticas en seres vivos
ha permitido a semilleras como Monsanto exigir la destrucción de la
cosecha de agricultores cuyos cultivos habían sido contaminados con
genes patentados, aún cuando la contaminación se había producido por
negligencia de la propia semillera.

El concepto de "Propiedad intelectual"[4] fomentado por la OMPI es
engañoso: reúne bajo su paraguas regímenes diferentes, con impactos e
implicancias distintas. Es un concepto que confunde para hacernos creer
que las ideas son apropiables y que sus "propietarios" tienen derecho a
excluir a otros de los beneficios de las artes y las ciencias. Es un
sistema que enseña que compartir es un delito, y que sin monopolios no
existiría innovación.

Lo que la OMPI denomina "Propiedad Intelectual" no es más que una serie
de regulaciones jurídicas que crean monopolios artificiales[5] aplicados
a diferentes campos, desde las marcas registradas, pasando por las obras
de autor hasta ciertos inventos, sin olvidar los derechos de obtentores
de variedades vegetales y otros. Estos monopolios se constituyeron como
un experimento social, y son relativamente nuevos en la historia. Su
objetivo manifiesto es fomentar las artes y el progreso de la ciencia a
través de mecanismos que permitan a autores e inventores tener un
monopolio de negocios garantizado por un tiempo limitado, para explotar
en forma exclusiva los beneficios de su trabajo. Supuestamente, esto
habría de fomentar la creatividad y la innovación.

Sin embargo, vale recordar que Daguerre no necesitó una patente para
diseminar masivamente el fantástico sistema que diera origen a la
fotografía. Tampoco Mozart necesitó un derecho de autor para crear una
música eterna. Ni Cervantes, ni Shakespeare, ni Miguel Angel, ni las
culturas nativas. Tampoco los médicos tradicionales patentaron las
aplicaciones de las plantas con virtudes curativas ni los pueblos
mesoamericanos apelaron a monopolios cuando cultivaron la enorme
variedad de formas del maíz que hoy es uno de los alimentos básicos en
todo el planeta.

Hoy, el software libre[6] prescinde deliberadamente del monopolio de
copia para construir un enorme conjunto de aplicaciones innovadoras a
disposición de toda persona que quiera usarlo, estudiarlo, copiarlo y
diseminarlo en libertad. Y hay cientos y cientos de artistas liberando
efectivamente[7] sus obras para aprovechar las ventajas de la revolución
digital.

La OMPI quiere que creamos que no habría invenciones sin patentes, ni
libros sin derecho de autor, ni papas sin derechos de obtentor, pero
sabemos que no es así. Es posible que estos regímenes, aplicados con
mesura y en contextos tecnológicos apropiados, funcionen como incentivos
eficaces a la producción de ciertas obras, pero no son imprescindibles.
Más aún, de poco nos sirve la producción de obras e inventos si la
condición para ello es privar a la sociedad de acceder a ellos.

Por cierto, es difícil para una entidad llamada "Organización Mundial de
la Propiedad Intelectual" pensar fuera del marco impuesto por su nombre,
pero creemos que el Día de la "Propiedad Intelectual" es una buena
ocasión para llamar a la sociedad a reflexionar sobre los peligros del
abuso de estos derechos monopólicos, y a explorar mecanismos
alternativos para fomentar las artes y las ciencias, mecanismos que
faciliten la circulación y preservación de conocimiento, en vez de
impedirlo.


Referencias
[1]http://www.wipo.org/
[2]http://www.wipo.int/about-ip/es/world_ip/2007/dg_message_07.html
[3]http://es.wikipedia.org/wiki/BitTorrent
[4]http://www.gnu.org/philosophy/not-ipr.xhtml
[5]http://www.vialibre.org.ar/mabi
[6]http://www.gnu.org/
[7)http://www.jamendo.com/ (por citar sólo un ejemplo)

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