Los medios informáticos están produciendo transformaciones en nuestros modos de comunicarnos y de relacionarnos con la realidad, en nuestros modos de crear y en los modos en que controlamos nuestro entorno y somos controlados. Vivimos rodeados de pantallas electrónicas. Su presencia luminosa nos acompaña en donde estemos a lo largo del día y de la noche. Pantallas en nuestras casas, pantallas en nuestro trabajo, pantallas en la calle, en los estadios deportivos, en los espectáculos musicales y en los actos políticos, en bares y discotecas, pantallas en los bancos y en los transportes públicos, en el supermercado, en el metro, en el coche y en las escuelas y pantallas en nuestras carteras y en nuestros bolsillos. Siempre está presente el resplandor hipnotizante de la pantalla electrónica de un medio informático. En un segundo plano, alguna cámara registra lo que sucede a nuestro alrededor. ¿Estaré cayendo en una suerte de ciberparanoia?
Pantallas, cámaras y sistemas informáticos crean una estimulante sensación de libertad que oculta el gran panóptico digital dentro del cual vivimos.
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