Los dos representantes de OLPC (¿Porqué la insistencia por parte de Educ.ar de utilizar el inglés para referirse al proyecto cuando es tan sencillo y expresivo decir en castellano "Una computadora -o una laptop- por niño o chico" y crear la sigla correspondiente) quieren diferenciar su máquina de una laptop, señalando que se trata de un aparato diferente. Se trata, afirman, de la primera máquina informática concebida y desarrollada especialmente con fines educativos ( siguiendo los preceptos de Piaget y Papert). Es importante recordar, tal como señalé durante el propio seminario, que la idea de crear una máquina de enseñar tiene al menos dos siglos de existencia (las primeras patentes datan de principios del siglo XIX y ya en tiempos de computadoras el pedagogo conductista estadounidense BF Skinner planteó en 1958 la posibilidad de crear una máquina de enseñar a partir de una computadora) y si bien no lo puedo asegurar, me parece recordar que durante los últimos treinta cuarenta años se crearon otros dispositivos informáticos concebidos para la educación. Lo interesante del caso es que la máquina de la OLPC o ULN (Una laptop por niño) parte de una concepción constructivista de la educación, lo cual la aparta de muchas de la experiencias anteriores de la EAO (enseñanza asistida por ordenado).
mejorar la calidad de la educación en sí mismo quiere decir poco si no está acompañado de propuestas concretas. En este sentido Laura Serra, señaló que el proyecto se basa en la creación de redes de aprendizaje entre los alumnos y entre alumnos y docentes, en la innovación pedagógica y en la interactividad. Para ello se cuenta con una de las principales características de la "maquinita", la tecnología de conexión (MESH) con la que están equipadas convierte a cada aparato en un router que permite que todas las máquinas se conecten automáticamente entre sí sin necesidad de un punto de acceso. Esta tecnología todavía presenta fallos. Durante la prueba de ayer la máquina que yo usé consiguió conectarse con alrededor de la mitad de los aparatos que había en la sala. De todos modos tal como señaló Walter Brenen hacia el final del seminario la tecnología MESH está aún en procesoTeniendo en cuenta que se trata de un proyecto pedagógico, detengámonos en el modelo y en las prácticas educativas que se propugnan más allá de los principios qe se declaran. Aspirar a de desarrollo y debe perfeccionarse. Más allá de la imperfección de los prototipos actuales (muy inestables todavía) lo importante y realmente sugerente es el concepto propuesto de construcción colectiva del conocimiento. La duda, claro está, es si nuestra sociedad está preparada para una revisión tan importante del paradigma educativo basado fundamentalmente en la transmisión de conocimientos y en el trabajo individual de cada estudiante. No sólo se trata de formar adecuadamente a los docentes... Ojalá se consiga. Si cambiamos los valores desde los cuales enseñamos y aprendemos es casi seguro que terminanaremos cambiando no sólo la educación sino también la sociedad.
La duda es si esta máquina, si este proyecto si esta manera compulsiva de incorporación en el aula (un millón de computadoras repartidas entre los escolares de 7 a 11 años del sistema público de educación en un período corto de tiempo puede considerarse casi un tratamiento de choque) son los adecuados para lograr esta transformación de la educación ¿El objetivo para comprar las máquinas y repartirlas entre los escolares es efectivamente cambiar la educación? ¿Y si sólo se busca hacer un gesto de prestigio político y cultural sin medir las consecuencias?
Hay infinidad de motivos para pensar que el reparto de las laptops puede terminar en un fiasco, tal como advierten privadamente algunos funcionarios de educ.ar. El mismo Alejandro Piscitelli sugiere esbozadamente esta posibilidad en un excelente artículo que publicó a fin de enero en el weblog que tiene Educ.ar dedicado al proyecto.
Hay quienes defienden que el sólo hecho de facilitar estas máquinas, cualquiera sea el uso que termine dándosele (incluso usos tan poco innovadores como sofisticados cuadernos electrónicos, máquinas de escribir, biblioteca y libro electrónico) bien vale el intento y la inversión. Y aunque dudo que así sea, acepto que quizás tengan razón. De todos modos el costo será muy alto y no me refiero sólo al dinero. El fracaso de un mega proyecto como este puede significar un freno muy importante para propuestas futuras de incoporación de la informática en la educación escola (lo cual es ineludible). Para llegar lejos, no siempre lo mejor es avanzar muy rápido.
Lo cierto es que este tipo de proyectos masivos utilizando laptops con características similares a la de OLPC no se realizan en países como gran Bretaña, Francia, Canadá, Alemania, Suecia o en Estados Unidos. Durante el seminario de ayer hice un comentario en este sentido y David Cavallo, muy molesto, me contestó que en Boston, y en otros lugares de Estados Unios y Canadá existen proyectos educativos con Laptops. Lo sé, existen experiencias muy valiosas en distintos lugares del mundo. Pero se trata de experiencias circunscriptas a pequeñas localidades o un grupo limitado de escuelas y estudiantes. Muy diferentes a un proyecto que pretende darle minicomputadoras a un millón de escolares.
Se repite - y ayer durante el seminario una de las asistentes utilizó estos argumentos - que el reparto de las laptops permite luchar contra la llamada brecha digital, dandole la oportunidad a niños de los sectores más pobres a acceder al conocimiento, la información y la cultura. La propia fundación OLPC señala que su máquina está diseñada para apoyar la experiencia educatica de chicos que viven en condiciones de pobreza (a menudo en ámbitos rurales) y que quienes las utilizarán tienen poca o nula experiencia con computadoras. Sin embargo, muchos de los escolares de 7 a 11 años que recibirían las laptops en Argentina tienen acceso a un dispositivo informático aunque en su casa no dispongan de computadoras (celulares, cibercafés y locutorios, videojuegos, escuelas) El verdadero problema de la educación en la sociedad de la información no pasa por el equipamiento ni el acceso. El vertiginoso descenso de los precios permite imaginar un futuro muy próximo en el que tener o no una computadora será comparable a tener o no un televisor en color (La tasa de equipamiento de televisores en Argentina es cercana al 95% de los hogares)
Sobre la interfaz gráfica y las aplicaciones
La idea de reemplazar la metáfora del escritorio por la estructura temporal del diario (journal) más próxima a los habituales empleo del tiempo del mundo escolar me parece un verdadero acierto. Sin embargo, el diseño de los iconos que usa el sistema es gráficamente pobre y poco expresivo para el público infantil al que va dirigido. Lo mismo se puede decir de la paleta de colores . El tamaño de la tipología es muy pequeña y de difícil lectura, mucho más si pensamos en niños de siete, ocho años que recién comienzan a dominar la lectura y la escritura. Sea como sea, entiendo que el desarrollo del software está recién en sus primeros pasos (p.e las máquinas que probamos ayer los asistentes al seminario tienen los programas en inglés) y que sin duda en los próximos meses se avanzará muchísimo.
El aporte pedagógicamente más innovador y posiblemente más prometedor de la laptop parece ser Etoys, una aplicacion para crear actividades multimedia cuyo potencial y modo de uso me gustaría conocer en profundidad.
No es seguro que esta laptop sirva para enseñar y aprender los contenidos curriculares escolares, nada en el proyecto presentado permite presuponerlo. Lo que es muy posible es que si la máquina finalmente incluye las funciones que se indicaron (red abierta, cámara de video y de fotos, sintetizador y editor de sonidosl, etc) le ofrezca a los escolares la posibilidad de disponer de una herramienta creativa y de comunicación de gran versatilidad que puede ser muy importante para el desarrollo individual y social de ellos, lo cual es parte fundamental del proceso de formación y educación de las personas para vivir en sociedad.
Para esto último es necesario que en las escuelas se promueva un uso libre y no restrictivo de las máquinas. Que se subrayen sus aspectos lúdicos y creativos, sin asimilar su uso con el rigor con el que suele asociar el objeto escolar. No olvidemos que son muchos quienes todavía defienden que " la letra con sangre entra".
Como me gustaría poder creer.....
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