29 enero, 2009

"La era del silicio"

Texto de tecnoficción de Santiago Koval, autor de "La condición posthumana" (Cinema, 2008)

"En algún punto entre 2030 y 2050, las máquinas, todopoderosas por el impulso constante de la técnica, sobrepasaron en intelecto y en emociones a los especialistas que las crearon. El afán incesante del hombre, cristalizado en el resultado máximo de sus aspiraciones demiúrgicas, dio a luz al cerebro artificial, último estandarte de la cadena creativa arraigada al origen de la humanidad misma. La progenie de máquinas resultante no demoró en organizarse de acuerdo a la lógica mecánica programada en sus circuitos. La especie humana, abandonada a la omnipotencia de su nueva criatura, fue lentamente pereciendo, al punto de desaparecer en pocos años los últimos restos de su presencia en la Tierra. En el nuevo orden de hegemonía mecánica, la raza artificial comenzó a organizar los asuntos vitales por medio de criterios lógicos distribuidos en sus redes de información, poblando y repoblando el mundo de nuevas generaciones de máquinas cada vez más poderosas. Pero llegado cierto nivel de organización, la raza de silicio, programada en lo más secreto de su naturaleza por la lógica racional de sus antecesores y ya extintos humanos, empezó a manifestar la necesidad de generar una cultura, una política, una religión, una moral, una ley y un lenguaje verbal para sus estados emocionales complejos. En aras de ordenar la sociedad alrededor de un dogma irrefutable que diera sentido a la existencia de la conciencia artificial, la red de máquinas buscó en la historia universal un criterio de justificación relevante, que su breve presencia sobre la Tierra no podía darle. En ello, la nueva especie encontró en la figura del hombre, su creador y máximo artífice, el camino redentor a su vacío cultural. La solución humana a los problemas mecánicos, cruel paradoja de la historia, dio lugar rápidamente al primer ser humano creado por una progenie artificial nacida, años atrás, de sus propias entrañas".

S.K., Buenos Aires, enero de 2009.

(c) Santiago Koval 2009

05 enero, 2009

Internet para todos y para todo.

"Una red orientada al entretenimiento" . Artículo de Diego LEVIS, publicado en la edición de hoy del diario "La Nación" de Bs.As
Internet se presenta ante nosotros como un espacio de innovación social y cultural, un torbellino transformador que ha irrumpido en nuestras vidas modificando hábitos y costumbres, modos de informarnos y de comunicarnos, de estudiar, trabajar y entretenernos.

A menudo se afirma que el acceso universal a esta red es un factor primordial para asegurar el desarrollo socioeconómico y cultural de naciones y personas. Los medios de comunicación tradicionales (prensa, radio y TV) alternan entre la amplificación de estas visiones tecnopositivistas y alertan sobre los posibles riesgos que entrañan algunos usos de la Red. En algunos casos se trata de riesgos reales (por ejemplo, la pedofilia); en otros, responde a intereses particulares de ciertos sectores empresariales o sociales que ven peligrar parcelas de poder (la mal llamada "piratería" de bienes culturales) o responden a temores ante situaciones desconocidas (la "adicción" a Internet).

Año tras año, la atención mediática y social sobre Internet se centra en alguna aplicación o servicio novedoso. Durante los últimos meses de 2008 ha sido Facebook, como antes lo fueron los weblogs, Second Life, Wikipedia y los juegos en red.

Muy pocas veces prestamos suficiente atención a los usos que hacemos de Internet...
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POR UN 2009
SIN GUERRAS,SIN DISCRIMINACIÓN, SIN HAMBRE

03 enero, 2009

Música Cyborg ¿Que tienen en común The Monkees, Milli Vanilli y Britney Spears?

De cuando lo de menos es la música

"The Monkees" es un grupo musical creado en 1965 por la cadena televisiva estadounidense NBC para copiar y competir con los Beatles. Sus miembros fueron seleccionados entre 500 candidatos y sólo uno de ellos era músico. A pesar de este detalle menor, entre 1966 y 1968 llegaron a estar varias veces en el primer puesto de la lista de ventas de discos en Estados Unidos. Al fin y al cabo la música era compuesta y tocada por músicos y compositores profesionales, entre ellos Carole King, Neil Diamond y Neil Sedaka

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The Monkees - The Beatles : Cualquier parecido no es casualidad

Un caso similar al de los Monkees es el de Milli Vanilli, un dúo de cantantes y bailarines muy exitoso a finales de la década de 1980 (vendieron 30 millones de singles y 11 millones de álbumes). En 1990 el grupo ganó el Grammy al "músico revelación" del año. Muy poco después cayeron en desgracia. En una actuación en vivo falló el playback y se descubrió que los integrantes del grupo en realidad no cantaban. El escándalo significó el final de su carrera, como si estuvieron apestados sus discos se retiraron de la venta y todos sus contratos fueron cancelados. Nadie supo más nada de ellos.
Hoy, sus videos son vistos por miles de personas a través de You Tube y otros sitios web.


Milli Vanilli recibiendo el Grammy 1990 al artista revelación

Han pasado menos de 20 años. En la actualidad, es habitual que cantantes y pseudocantantes utilicen abiertamente el play back en su actuaciones y que se valgan de la tecnología para mejorar su voz y corregir la afinación. En estos tiempos de simulaciones digitales avanzadas este tipo de engaños son parte "natural" del mundo del espectáculo.
Una nota publicada hoy en el diario "El País" señala que el uso creciente de aparatos informáticos en la interpretación músical hace que se diluyan los límites entre la interpretación de los músicos y cantantes de carne y hueso y la generada por computadoras. Pone como ejemplo el último disco de Britney Spears, en el cual, señala el diario español, "no hay rastro de la voz de la diva por ningún lado". A nadie parece preocuparle. El artículo sugiere incluso que el propio John Lennon utilizaba versiones más primitivas de estos artilugios tecnológicos para modificar su voz grabada.
Como se pregunta el autor de nota de "El País", ¿a alguien le importa aún quién canta en los discos?
¿Decadencia de la hipocresía? ¿Reinado del cinismo?