23 marzo, 2007

Classmate de Intel: ¿Hacia la consolidación de la escuela mercado?

Intel, el principal fabricante de procesadores del mundo, construyó una pequeña computadora pórtatil, la "Classmate", diseñada especialmente para mercados emergentes para competir con el proyecto "Una laptop por niño" lanzado por Negroponte. El lunes 19 de marzo, invitado por Educ.ar, tuve la oportunidad de asistir junto a otros expertos en educación a la presentación del proyecto de Intel en el Ministerio de Educación de la Nación.


Ministerio de Educación de la Nación- 19/03/07 (Foto D.Levis)


Los portavoces de Intel dejaron claro que la máquina fue diseñada de acuerdo a las necesidades y posibilidades de los llamados mercados emergentes (eufemismo para nombrar a los países no tan pobres), entre los que Intel nos sitúa, y no desde una perspectiva pedagógica. De hecho entre la "Classmate" y una laptop tradicional, salvo en cuanto prestaciones, hay escasas diferencias.
La educación como negocio prometedor que se debe conquistar. (Ayer leí que la BBC anunció la interrupción de un servicio educativo gratuito a través de Internet - muy popular- por las protestas ante la Comisión Europea de instituciones educativas privadas)
Tras dos horas de insustanciales y poco sólidas presentaciones acerca de las "ventajas" educativas del modelo "una computadora por niño" (entre otros lugares comunes nos explicaron que el uso de computadoras "mejora la comunicación escrita y facilita la conección -¡¡¡escrito así!!!- con otras escuelas") y de inevitables loas al papel de Intel a la inserción de la informática en la educación formal, en especial a la limitada y mediocre (siendo suave) formación docente que provee el programa "Educar para el futuro" que la compañía estadounidense ofrece en asociación con Microsoft, pudimos conocer las características de la "classmate".


Classmate
de Intel (Foto D.Levis)


Se trata de una laptop de pequeño tamaño, provista en su versión actual de un procesador obsoleto y de dudosa calidad (Celeron de 900 mhz) y una pantalla de 7 pulgadas, de menor tamaño y calidad que la del aparato de OLPC. El sistema operativo que utilizan los prototipos que nos mostraron es Windows XP aunque hay que remarcar que las máquinas están preparadas para utilizar dos distribuciones de Linux (Mandriva y Metasys). La classmate funciona mejor que el aparato de OLPC pero a diferencia de la máquina ideada por el equipo del MIT no aporta ninguna novedad conceptual. En cierta medida esta aparente carencia puede ser también una de sus fortalezas: al tratarse de una máquina de arquitectura abierta permite adaptarla a diferentes usos y concepciones educativas. Esto nos obliga a plantearnos una vez más para qué queremos computadoras en la educación y cómo queremos usarlas.
Intel propone con la máquina algunas aplicaciones entre la que se destacan, Top Domaine, un software centralizado de trasmisión de contenidos y control desde la computadora del docente que replica un modelo instruccional basado en una concepción centralizada (tradicional) de la educación y el Pegasus Note Taker, un ingenioso dispositivo que permite que la computadora registre trazos (escritura/dibujo) manuscritos sobre papel. Además dispone de un sistema de seguridad basado en el uso de un certificado digital.
La Classmate funciona porque utiliza un software no específico con años de rodaje, pero ergonómica y técnicamente no parece adecuada para el uso / posesión de niños de la escuela primaria. En su actual diseño es una máquina pensada desde una concepción comercial y no educativa (una PC portátil de bajas prestaciones y de muy bajo precio)

Un último comentario
Me resultó llamativo escuchar a los directivos de Intel pedir a los asistentes a la reunión que contribuyamos con nuestras comentarios y sugerencias a mejorar la propuesta de la empresa. No entiendo esa dinámica. Me cuesta donar mi trabajo a una de las mayores empresas del mundo. Si necesitan asesoramiento para mejorar su mediocre propuesta invito a Intel a contratar los servicios de un equipo de especialistas Otra posibilidad es que las instituciones que hagan pruebas pilotos con la "Classmate" facilten sus evaluaciones a Intel a cambio de obtener un descuento importante en la compra, mantenimiento y renovación de los equipos. Ojalá que Educ.ar sepa negociar un acuerdo de este tipo, cualquiera sea la máquina finalmente elegida.

Diego Levis - 23 de marzo de 2007

01 marzo, 2007

Tocar y usar la laptop: ¡Qué lindo sería poder creer!

INTRODUCCIÓN
Educ.ar organizó durante estos últimos días una serie de cinco seminarios para presentar en sociedad la "laptop". Ayer, invitado por Laura Serra, coordinadora del proyecto "una computadora por niño" en Argentina, estuve en uno de esos seminarios y pude ver, tocar y usar la "maquinita" (como me gusta llamarla cariñosamente) además de escuchar la presentación que hicieron del proyecto Walter Bender, presidente de software y contenidos de la fundación OLPC, y David Cavallo, director de la OLPC para Centro y Sudámerica y la propia Laura Serra (la presentación de Serra se puede ver en el sitio de Educ.ar).



Foto (c) Diego Levis 2007

Agradezco enormemente a Laura Serra y a Educ.ar la posibilidad que me dieron de conocer de forma directa el proyecto y la máquina. Realmente valió la pena.
La máquina me gustó. Ergonómicamente, salvo detalles menores, parece adecuada para las edades a las que en principio el proyecto apunta en Argentina - de 2º a 5º grado / 7 a 11 años. El diseño es atractivo y la pantalla tiene una excelente calidad de visión, incluso recibiendo luz directa, lo cual permite usarla a luz del día (la pantalla, a mi juicio es lo mejor que tiene la laptop del MIT) Se trata de un aparato vérsatil que puede ser utilizado de un modo similar a una computadora pórtatil o bien adaptarse como libro electrónico (la pantalla es giratoria). Usarla en cambio no me produjo tanta satisfacción. El acceso a las diferentes aplicaciones es muy lento, incluso comparándola con mi vieja Pentium 450 recargada de aplicaciones y archivos. Difícil imaginar a un niño de 7, 9 años esperando más de 30 segundos la respuesta de la máquina.
De todos modos, tal como subrayaron los responsables del proyecto no se trata de un proyecto tecnológico sino educativo y en tal sentido se trata, al menos a mi juicio, de un proyecto sugesivo e innovador, lo cual no quiere decir que sea adecuado a las necesidades ni a las posibilidades del sistema educativo de la Argentina.

Lo escribo en mayúscula: ME ENCANTARÍA PODER CREER.

Bender y Cavallo (nada que ver ni en actitud, carisma, capacidad de argumentación e ideología con el mal recordado ministro del desastre) irradian optimismo. Las presentaciones que hiceiron fueron impecables, hago míos sus deseos, que comparto. Sus propósitos, en tanto abstracciones, me resultaron ajustados y posibles en un mundo ideal y deseable pero lamentablemente alejados de la realidad, no solamente de la realidad de nuestro país.
El tema requiere un análisis profundo, que evite las habituales voces altisonantes de condena o de defensa . Los intereses en juego son muchos. Intentaré que mis impresiones no caigan en esa dinámica que nos apartan del centro, a mi juicio, de la cuestión : que educación queremos para nuestro niños, que educación estamos en condiciones de darles a nuestros niños. El valor de los sueños, y creo que el espíritu del OLPC es precisamente el de un sueño, una utopía deseable, es que empujan las fronteras de lo concebible.

Continúa

Ver, tocar, usar la laptop - (continuación)

Los dos representantes de OLPC (¿Porqué la insistencia por parte de Educ.ar de utilizar el inglés para referirse al proyecto cuando es tan sencillo y expresivo decir en castellano "Una computadora -o una laptop- por niño o chico" y crear la sigla correspondiente) quieren diferenciar su máquina de una laptop, señalando que se trata de un aparato diferente. Se trata, afirman, de la primera máquina informática concebida y desarrollada especialmente con fines educativos ( siguiendo los preceptos de Piaget y Papert). Es importante recordar, tal como señalé durante el propio seminario, que la idea de crear una máquina de enseñar tiene al menos dos siglos de existencia (las primeras patentes datan de principios del siglo XIX y ya en tiempos de computadoras el pedagogo conductista estadounidense BF Skinner planteó en 1958 la posibilidad de crear una máquina de enseñar a partir de una computadora) y si bien no lo puedo asegurar, me parece recordar que durante los últimos treinta cuarenta años se crearon otros dispositivos informáticos concebidos para la educación. Lo interesante del caso es que la máquina de la OLPC o ULN (Una laptop por niño) parte de una concepción constructivista de la educación, lo cual la aparta de muchas de la experiencias anteriores de la EAO (enseñanza asistida por ordenado).
mejorar la calidad de la educación en sí mismo quiere decir poco si no está acompañado de propuestas concretas. En este sentido Laura Serra, señaló que el proyecto se basa en la creación de redes de aprendizaje entre los alumnos y entre alumnos y docentes, en la innovación pedagógica y en la interactividad. Para ello se cuenta con una de las principales características de la "maquinita", la tecnología de conexión (MESH) con la que están equipadas convierte a cada aparato en un router que permite que todas las máquinas se conecten automáticamente entre sí sin necesidad de un punto de acceso. Esta tecnología todavía presenta fallos. Durante la prueba de ayer la máquina que yo usé consiguió conectarse con alrededor de la mitad de los aparatos que había en la sala. De todos modos tal como señaló Walter Brenen hacia el final del seminario la tecnología MESH está aún en procesoTeniendo en cuenta que se trata de un proyecto pedagógico, detengámonos en el modelo y en las prácticas educativas que se propugnan más allá de los principios qe se declaran. Aspirar a de desarrollo y debe perfeccionarse. Más allá de la imperfección de los prototipos actuales (muy inestables todavía) lo importante y realmente sugerente es el concepto propuesto de construcción colectiva del conocimiento. La duda, claro está, es si nuestra sociedad está preparada para una revisión tan importante del paradigma educativo basado fundamentalmente en la transmisión de conocimientos y en el trabajo individual de cada estudiante. No sólo se trata de formar adecuadamente a los docentes... Ojalá se consiga. Si cambiamos los valores desde los cuales enseñamos y aprendemos es casi seguro que terminanaremos cambiando no sólo la educación sino también la sociedad.

La duda es si esta máquina, si este proyecto si esta manera compulsiva de incorporación en el aula (un millón de computadoras repartidas entre los escolares de 7 a 11 años del sistema público de educación en un período corto de tiempo puede considerarse casi un tratamiento de choque) son los adecuados para lograr esta transformación de la educación ¿El objetivo para comprar las máquinas y repartirlas entre los escolares es efectivamente cambiar la educación? ¿Y si sólo se busca hacer un gesto de prestigio político y cultural sin medir las consecuencias?

Hay infinidad de motivos para pensar que el reparto de las laptops puede terminar en un fiasco, tal como advierten privadamente algunos funcionarios de educ.ar. El mismo Alejandro Piscitelli sugiere esbozadamente esta posibilidad en un excelente artículo que publicó a fin de enero en el weblog que tiene Educ.ar dedicado al proyecto.
Hay quienes defienden que el sólo hecho de facilitar estas máquinas, cualquiera sea el uso que termine dándosele (incluso usos tan poco innovadores como sofisticados cuadernos electrónicos, máquinas de escribir, biblioteca y libro electrónico) bien vale el intento y la inversión. Y aunque dudo que así sea, acepto que quizás tengan razón. De todos modos el costo será muy alto y no me refiero sólo al dinero. El fracaso de un mega proyecto como este puede significar un freno muy importante para propuestas futuras de incoporación de la informática en la educación escola (lo cual es ineludible). Para llegar lejos, no siempre lo mejor es avanzar muy rápido.
Lo cierto es que este tipo de proyectos masivos utilizando laptops con características similares a la de OLPC no se realizan en países como gran Bretaña, Francia, Canadá, Alemania, Suecia o en Estados Unidos. Durante el seminario de ayer hice un comentario en este sentido y David Cavallo, muy molesto, me contestó que en Boston, y en otros lugares de Estados Unios y Canadá existen proyectos educativos con Laptops. Lo sé, existen experiencias muy valiosas en distintos lugares del mundo. Pero se trata de experiencias circunscriptas a pequeñas localidades o un grupo limitado de escuelas y estudiantes. Muy diferentes a un proyecto que pretende darle minicomputadoras a un millón de escolares.
Se repite - y ayer durante el seminario una de las asistentes utilizó estos argumentos - que el reparto de las laptops permite luchar contra la llamada brecha digital, dandole la oportunidad a niños de los sectores más pobres a acceder al conocimiento, la información y la cultura. La propia fundación OLPC señala que su máquina está diseñada para apoyar la experiencia educatica de chicos que viven en condiciones de pobreza (a menudo en ámbitos rurales) y que quienes las utilizarán tienen poca o nula experiencia con computadoras. Sin embargo, muchos de los escolares de 7 a 11 años que recibirían las laptops en Argentina tienen acceso a un dispositivo informático aunque en su casa no dispongan de computadoras (celulares, cibercafés y locutorios, videojuegos, escuelas) El verdadero problema de la educación en la sociedad de la información no pasa por el equipamiento ni el acceso. El vertiginoso descenso de los precios permite imaginar un futuro muy próximo en el que tener o no una computadora será comparable a tener o no un televisor en color (La tasa de equipamiento de televisores en Argentina es cercana al 95% de los hogares)


Sobre la interfaz gráfica y las aplicaciones

La idea de reemplazar la metáfora del escritorio por la estructura temporal del diario (journal) más próxima a los habituales empleo del tiempo del mundo escolar me parece un verdadero acierto. Sin embargo, el diseño de los iconos que usa el sistema es gráficamente pobre y poco expresivo para el público infantil al que va dirigido. Lo mismo se puede decir de la paleta de colores . El tamaño de la tipología es muy pequeña y de difícil lectura, mucho más si pensamos en niños de siete, ocho años que recién comienzan a dominar la lectura y la escritura. Sea como sea, entiendo que el desarrollo del software está recién en sus primeros pasos (p.e las máquinas que probamos ayer los asistentes al seminario tienen los programas en inglés) y que sin duda en los próximos meses se avanzará muchísimo.
El aporte pedagógicamente más innovador y posiblemente más prometedor de la laptop parece ser Etoys, una aplicacion para crear actividades multimedia cuyo potencial y modo de uso me gustaría conocer en profundidad.

No es seguro que esta laptop sirva para enseñar y aprender los contenidos curriculares escolares, nada en el proyecto presentado permite presuponerlo. Lo que es muy posible es que si la máquina finalmente incluye las funciones que se indicaron (red abierta, cámara de video y de fotos, sintetizador y editor de sonidosl, etc) le ofrezca a los escolares la posibilidad de disponer de una herramienta creativa y de comunicación de gran versatilidad que puede ser muy importante para el desarrollo individual y social de ellos, lo cual es parte fundamental del proceso de formación y educación de las personas para vivir en sociedad.

Para esto último es necesario que en las escuelas se promueva un uso libre y no restrictivo de las máquinas. Que se subrayen sus aspectos lúdicos y creativos, sin asimilar su uso con el rigor con el que suele asociar el objeto escolar. No olvidemos que son muchos quienes todavía defienden que " la letra con sangre entra".

Como me gustaría poder creer.....

El debate por una laptop por chico en la prensa diaria

Cerrar la brecha digital con la panza llena -
Marcelo A. Moreno
mmoreno@clarin.com

Publicado en Clarín el 21 de febrero de 2001

"El prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) está ofreciendo a una docena de países, entre los figuran la Argentina, Brasil, Uruguay y México, un proyecto educativo por demás ambicioso, denominado "Una laptop por niño".
Como programa filantrópico propuesto por un país rico a otros que cobijan millones de pobres, resulta algo paradójico, porque arranca por una venta masiva. La idea de los del MIT es que estos países —entre los cuales está, por ejemplo, Nigeria— le compren no menos de un millón de unas computadoras portátiles a un precio muy barato: 100 dólares la unidad. Los gobiernos adquirirían las compus y las distribuirían gratuitamente entre sus vastos sectores carenciados. Así, los chicos más desfavorecidos por la tan desfavorable distribución del ingreso en nuestras naciones, se vean favorecidos por el acceso a Internet y, en general, a la tecnología. Todo esto llevaría —ese sería el fin último del programa— a cerrar la brecha digital entre los infantes ricos y los pobres.
En principio, el gobierno argentino ha mostrado interés y le daría el sí a la iniciativa. (...) "
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